Mismos Resultados

Entre tantos consejos que he dado a lo largo de los años siempre se repiten algunos de manera continua. De esos que se repiten existe uno que nunca me dejará de maravillar por la falta de auto-crítica que se requiere para seguir esa línea de pensamiento que, con un poco de introspectiva, se desnuda como un grito de egoísmo puro.

Recuerdo el caso puntual de una chica que llegó quejándose de la siguiente manera: «¿por qué todos los chicos que gustan de mí no me gustan y los chicos que a mí me gustan no les gusto?«. Creo que todos hemos al menos escuchado este tipo de queja/cuestionamiento que culpa a una conspiración divina por «la mala suerte» que tenemos en estos temas de encontrar pareja. A dicha persona le hice el siguiente señalamiento «¿por qué te quejas de lo mismo que tú promueves?«. Es verdad, cuando uno juega un juego (como la dinámica de pareja) y se aceptan las reglas (y las promueve) no se tiene derecho de quejarse de que le apliquen las mismas reglas.

Hay que decirlo, si queremos «oportunidades» hay que darlas, porque generalmente eso es lo que nosotros pedimos, que esa persona nos dé la oportunidad de demostrarle que podemos estar a la altura de las circunstancias. Oportunidades negadas que ocasionan frustraciones como las mencionadas. La plática continuó, ahora con otra pregunta «¿Quieres decir que debo andar con chicos que no me gustan?«, la respuesta es evidente, «no«.

Lo que debe quedar claro de todo esto es que no podemos esperar que los demás no utilicen las reglas a su favor así como nosotros lo hacemos. Si nos sucede esto de «gustarle a quien no nos gusta y no gustarle a quien nos gusta», no es una conspiración divina sino sólo las reglas que rigen a la dinámica de parejas que no nos están favoreciendo y sobre la cuales hemos elegido participar. Si no entendemos porqué nos pasa eso entonces debemos de contestarnos «¿por qué no nos resultan atractivas las personas que se nos acercan?» al contestar esa pregunta lo más seguro es que encontremos la respuesta al cuestionamiento «¿por qué yo no le gusto a los que me gustan?» porque al fin de cuentas los seres humanos no somos tan diferentes y más o menos aplicamos las mismas reglas.

Si estas reglas no nos gustan entonces queda en nosotros no seguirlas. Por ejemplo los chicos dejémonos de fijar en sólo en las chicas guapas, las chicas déjense de fijar sólo en quién las busca. Como bien dice el dicho «si haces las cosas siempre igual, no esperes resultados diferentes«.

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